miércoles, 19 de octubre de 2011

Con éste he publicado todos los poemas del libro. Agradezco todas vuestras visitas y comentarios. Cierro la actividad de este blog. Gracias.

Mis poemas


Mis poemas, mis versos,
son palabras, más o menos, conexas,
sin trincheras, cátedras ni reglas;
son a pecho –sentimiento- descubierto,
son...a corazón abierto.

sábado, 15 de octubre de 2011

Sombra




Sombra, compañera, -a veces mala, a veces buena-

me sigues, te sigo,

permaneces estática conmigo...y te ausentas.


(Cap.III, "De ahora y de siempre")



jueves, 29 de septiembre de 2011

El porvenir

El porvenir… lo tengo
ya tan cercano
que lo vislumbro tras cualquier esquina,
lo puedo, casi, tocar con las manos.
El tiempo se va agotando;
mi cuerpo es como un viejo y derruido tejado;
goteras por todos lados.
Hablo del porvenir raras veces deseado:
la Parca nos lleva a su lado.

(Del cap.III, "De ahora y de siempre"

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Reproche

Toda la vida juntos,
yo y el cuerpo mío,
no me enteré de que murió mi cuerpo…
y se enteró mi vecino.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

jueves, 1 de septiembre de 2011

Regreso ya hecho todo un señor abuelo; hoy mismo ha sido el feliz acontecimiento. Este pequeño poema se lo dediqué cuando aún estaba en el vientre de su madre y, apoyando mi oreja en él, así me saludara mi nieto: "Glu".

"Glu"

Ése ha sido el saludo de mi nieto,
mi primer nieto.

"Glu"

Así me ha dicho “hasta pronto abuelo”, con lacónico
y certero idioma y, sí, nos hemos entendido.
Ya saben, conversaciones entre hombres…

Mis ojos, cántaros vidriosos,
han rebosado de amor y de júbilo,
mientras él… nada en el seno materno.

miércoles, 29 de junio de 2011

Otros caminos

Día y día caminando el camino se acaba,
-de los arroyos y los árboles me despido-
mis pies ya no andarán
otras sendas, otros caminos,
ni echarán los pasos atrás;
a mis años me siento rendido.

(Del Cap.III, "De ahora y de siempre")

miércoles, 15 de junio de 2011

Inmigrantes

Paraísos perdidos,
tierras baldías
por guerras y por soles,
por nubes de arena
y vientos abrasadores.

Horizontes de luz
cegadores de vida.
Belleza cruel e inhóspita,
que a sus hijos, desahuciados,
sin compasión destierra.

Cuerpos, almas errantes
con destino incierto,
si el mar a la dicha os lleva,
¡benditas olas
que impulsan vuestra patera!

Invasores sin armas; como munición: hambre.
Pieles, apretadas a los huesos,
condecoradas con heridas
de alambres espinosos.

Huéspedes indeseados
de otras tierras, por otras gentes.
Peregrinos del mundo sin báculos,
sin rutas ni albergues ni mochilas.

Cuerpos inertes, varados
en las playas de otros continentes;
llegasteis a la meta del no sufrir...
Paraísos perdidos.


(Cap.III, "De ahora y de siempre")

viernes, 3 de junio de 2011

Adiós a todos

Adiós a todos y a todas las cosas,
a las que nadan y a las que flotan en las aguas
y en las brisas,
con perfumes de deseos y de amores rotos.
A los mirlos y ruiseñores locos
y noctámbulos.
A las olas que van y vienen entre
borlas de espuma de conquista.
A todas esas cosas que nunca se tuvieron
-las deseadas y no deseadas-
A las mujeres que amé y me amaron, en silencio,
con palabra muda.
A los amigos, a quienes creyeron
conocerme -¡tan convencidos estaban de ello!-
y no lo hicieron.
A los que se dice, simplemente, conocidos.
A los que quise, me quisieron, odié y me odiaron.
A los que hice, me hicieron, beber los malos tragos.
A los que en malos tragos ayudé, me ayudaron.
Adiós a esos días que quise hubieran sido
eternos,
y a los que nunca debieran haber existido.
Adiós a todos y a todas las cosas;
me voy con poco,
me voy con nada: nada me hará falta.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

domingo, 29 de mayo de 2011

En los espejos del agua

El sol no se puede ver
en los espejos del agua;
su belleza
le deslumbra su mirada.


Sol

Tu haz de luz, cual viril falo,
calienta a la Tierra, la penetra y la preña.


Luna

¡Juguetona!
te deslizas por la Tierra, rompiendo las sombras.


Cielo

Cielo… ¡presumido!
que te miras
en los espejos de todos los mares,
y en los espejos de todos los ríos.


Gráciles y dicharacheras

Las manos de los sordos –gráciles y dicharacheras-
baten el aire cual raudas palomas mensajeras.

martes, 24 de mayo de 2011

Yo era pequeño

Yo era pequeño, jugaba en las casas hundidas.
Acompañaba a mi madre
a las colas del pan,
no me enteré del hambre.

Jugaba -el sonido de la corneta
en el aire de la posguerra- a conquistar trozos
de tierra, con el clavo, con el hinque,
mientras los muertos se enfriaban,
los muertos de todos,
que no se ofenda nadie.

Después de las bombas,
las bombas de todos,
vino la paz, la huida, el destierro, el hambre.

La nuestra fue una guerra -maldita- más,
que nadie se extrañe.
¿Qué guerra no tiene bombas, muertos cárceles,
hambre?

Las guerras hay que evitarlas antes:
No coquetear con banderas que no quiere nadie.
No ofender los sentimientos, las religiones de nadie.
Justicia para todos...
¡hay que impedir que las guerras estallen!

(Cap.II, "Recuerdos con el sepia de los años")

miércoles, 18 de mayo de 2011

La madrugada

Las calles vacías y despobladas
de andares pausados y presurosos,
de cuerpos fatigados, afanosos
de existencias tranquilas, enervadas.

Encendida señal de trasnochadas,
haciendo el amor; momentos hermosos,
entrelazados los cuerpos, gozosos,
hasta altas horas de las madrugadas.

Los pasos delatan al madrugador
que se va distanciando entre las calles
que la luna alumbra -su resplandor-

Más tarde, detrás de los verdes valles,
el sol da al ambiente tono encantador,
esplendor, cual jardines de Versalles.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

martes, 10 de mayo de 2011

Estío

Expira el verano y muere, lánguida, la tarde,
en crepúsculo rojo; nubes de fuego y campos
abrasados por brisas infernales.

Las vetustas casas del pueblo son los testigos
del paso de generaciones,
a veces, diezmadas por guerras,
por las miserias, por las hambres.

Los vecinos, perezosos,
-aún las huellas de la siesta
en sus caras,
labradas por surcos, como sus tierras-
están tendidos a la sombra;
en sus labios las colillas de sus cigarrillos.
Algunos encendidos,
apagados otros, como si fueran los apéndices
nacidos en sus labios, pardos,
cuarteados,
como los rastrojos de sus trigos.
Trigos segados por sus manos recias,
culminación de sus fornidos brazos.

A su lado un botijo,
del color del barro, exudando el fresco
líquido y, muy cerca, un porrón,
en competencia, con vino tinto de la tierra.
Hablan de sus sudores
y sinsabores,
de los destrozos de las tormentas,
de las, raras veces, copiosas
cosechas.
El vino calienta sus gaznates,
levanta el volumen de sus pareceres,
y el optimismo de futuras mieses engrosa,
hasta reventar los silos...

Es un breve descansar mientras lo hacen sus tierras,
a las que,
con los primeros días de otoño y sus yuntas, arañarán
los surcos de nuevo.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

martes, 3 de mayo de 2011

Retrato

Acta del paso de la vida,
testigo fiel del transcurrir del tiempo,
prueba, irrefutable y cruel, del hoy y del ayer.

(Cap.III, "Dea ahora y de siempre")

viernes, 29 de abril de 2011

Pequeño universo

Mar, pequeño universo, he atravesado,
he roto tus olas, he cantado a veinte nudos,
acariciando tu brisa mi cara;
mar, he navegado en tus aguas;
tú mis venas y corazón surcas...

He visto tu oleosa superficie
y tus enormes crestas soliviantadas.
He soñado con tus más profundas, negras fosas,
con tus monstruos, con tus magníficos corales.
He nadado con tus bellas sirenas.

Me he batido con mil peces espada,
he cabalgado a lomos plateados
de delfines,
he bogado con Jonás en el vientre
de la ballena,
he explorado las bodegas de barcos
naufragados,
con mis amigas, las morenas,
he vertido sus tesoros en las arenas de tus playas...

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

lunes, 25 de abril de 2011

El petirrojo

Es una mañana de Agosto, fresca
despejada, de luz radiante, el sol promete hoy
ser abrasador.

Estoy a la sombra aromática de un laurel
ensimismado en mi leer, pero un petirrojo,
ya hace rato,
que va en mi derredor revoloteando,
ganándome espacio y atención, salto a salto.

Camina, salta, vuela y gorjea con decisión
y desparpajo, exhibiendo su manto canela
y pecho bermellón-rosado,
con simpatía, pero muy estirado.

Ya junto a mí, me mira con sus grandes
y espabilados ojos,
gorjea diciéndome algo; ante mi silencio
vuelve a gorjear exigiendo diálogo.

El libro hace tiempo que he abandonado,
no menciono al autor para que así no se ofenda;
mi atención el petirrojo ha acaparado.

(Del cap.III, "De ahora y de siempre")

martes, 12 de abril de 2011

Dormida en los siglos

Sigüenza, sigues postrada, dormida en los siglos,
a la sombra del castillo.
Al cobijo -asfixia- de las sotanas,
al recuerdo de glorias pasadas,
deslumbrada por el fulgor
de las doradas piedras de tus muros,
sorda por el fragor de lejanas batallas.
Ahíta por el eco de la voz de tus púlpitos,
embelesada por el aroma de los pinos,
embriagada por tu dulce miel,
acompañas en la pose
-tranquila, sosegada-
a tu hijo ilustre, El Doncel.

(Cap.III,"De ahora y de siempre")

jueves, 7 de abril de 2011

Parca

Eres toda de hueso, sin alma. Parca
es de acero tu arma,
la apartada ceja, izada en la estaca.

(De cap.III, "De ahora y de siempre")

lunes, 4 de abril de 2011

Zuñi

Zuñi, te has ido consciente, sabiéndolo
hasta el último momento, con los besos últimos,
y postrer cigarrillo.
Nos dejas tu sonrisa, tus canciones,
tus versos -te acompañarán tus endecasílabos-
Zuñi, entre nosotros no has muerto,
aunque de luto estamos.

jueves, 31 de marzo de 2011

El porvenir

El porvenir… lo tengo
ya tan cercano
que lo vislumbro tras cualquier esquina,
lo puedo, casi, tocar con las manos.
El tiempo se va agotando;
mi cuerpo es como un viejo y derruido tejado:
goteras por todos lados.
Hablo del porvenir raras veces deseado:
la Parca nos lleva a su lado.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

miércoles, 23 de marzo de 2011

Año 1958

No escapábamos del rosario, de los curas del colegio.
Paseábamos la alameda con las manos en los bolsillos, rotos,
llenos de frío.

Mirábamos al negro cielo, hacíamos guiños a las estrellas,
cantábamos “en el año dos mil y pico... el hombre podrá volar”
-año 2000...qué lejano, muy lejano, nos parecía remoto, inalcanzable,
más que cualquier galaxia, -¿llegaríamos?-.

Filosofábamos,hablábamos de los aviones "a propulsión a chorro".
Fumábamos, a trozos, los “Ideales” amarillos
con pestazo de colillas apagadas,
guardadas, escondidas, en los bolsillos del abrigo.

Hablábamos de Maribel y de Charito, mirábamos al cielo,¡qué frío!,
las manos en los bolsillos, calor en las ingles.
La luna, galleta de plata, nos miraba, se reía congelada.

Recitábamos a Jorge Manrique, San Juan de la Cruz.
Cantábamos rancheras, silbábamos el “Puente sobre el río Kwai”
y, a veces, hablábamos de religión y matemáticas.
Y pasaba la tarde invernal del Domingo, calada tras calada
de los cigarrillos “Ideales” amarillos.

(Cap.II, "Recuerdos con el sepia de los años")

domingo, 13 de marzo de 2011

Batallas en la mar

Mis juegos de niñez,
entre escombros de casas hundidas,
-rescoldo de la guerra-
eran de batallas en la mar embravecida;
olas gigantescas
eran montañas de vigas y tierra.

Subido en el puente del barco,
-restos de algún muro caído en mi patio-
como altivo capitán, daba órdenes
a estáticos montones de ladrillos y piedras,
siempre sordos y mudos a mis gritos,
así, en mis batallas, no había muertos ni heridos.

Los palos eran las espadas,
las tuberías, troceadas, los cañones,
las ratas... los espías.
Eran los juegos de aquellos años de posguerra,
sin juguetes,
con la inocencia en los ojos de los niños,
en sus reflejos los daños de la guerra.


(De cap.III, "Recuerdos con el sepia de los años")

martes, 8 de marzo de 2011

Tiempos de miseria

Los pequeños sin alimentos
ni juguetes.
Los mayores –mala sangre y juramentos-
duros trabajos, pan duro y... escaso;
días largos –amaneceres y trasnochadas-
sudores y piojos,
alpargatas con agujeros.

Después vino la guerra:
Niños con hambre, lágrimas y mocos.
Muertos, muchos muertos...
Mujeres, sayas y pañoletas negras,
y corazones rotos...


(De cap.II, "Recuerdos con el sepia de los años")

jueves, 3 de marzo de 2011

Abyectos, abominables

Inocencia y belleza esculpida en sonrisa,
más bella
que la más hermosa de las flores,
más que cualquier idílico paisaje,
más que puesta de sol irrepetible,
que lago profundo de cristalinas aguas,
que destello de estrellas, que auroras boreales,
que ángeles del cielo.

Apenas han nacido,
niños y niñas arrancados
de sus familias,
apenas han crecido, son raptados
violados, marchitados, muertos...

Manos crueles, mentes enfermas,
abyectas, abominables,
profanadores de cuerpos y almas
en toda su inocencia.

Pederastas lascivos, manos sucias,
ojos nublados de vicio, labios repugnantes,
babosos de infamia;
sacrílegos de cuerpos y almas.

(De cap.III, "De ahora y de siempre")

domingo, 27 de febrero de 2011

Ese muchachote y su padre

Tiene una edad incierta
¿doce, quince, diez y ocho años?
no lo sé, pero es alto y parece fuerte.
Tiene ciertas deficiencias...
necesita la mano, el apoyo del padre.

Les veo pasar todos los días,
con su andar inseguro, atropellado, con cuerpo
inestable.
El padre, mayor y menudo, tiende su mano,
le sostiene;
por ahora puede ayudarle; más tarde...
sacará fuerzas... ¡seguro!

Su cuello sostiene una cabeza
que siempre mira al cielo,
a veces, dando rápidos giros.
Su boca es grande, abierta -labios gruesos, carnosos,
rojos- su cara en perenne sonrisa.

Mientras caminan, él, de medio lado,
mira a su padre, más bien, le acaricia,
con sus ojos inocentes; le adora,
le echa besos cariñosos, sonrientes.
Le habla, le dice palabras que sólo él entiende;
y sonríe... abre su descomunal boca, en plena
y feliz mueca...

El padre derrocha amor, con su dulce sonrisa,
con tristeza escondida, como sus pensamientos;
dudas de un futuro incierto, su indefenso hijo
sin su padre,
sin su báculo, sin su amigo...
¿Pensará en ello su hijo?

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

martes, 22 de febrero de 2011

Ubicua y eterna

Sin túmulos, réquiems ni plañideras,
sin pomposas carrozas, sin caballos,
-ni negros ni blancos-
con o sin sudarios,
echan sobre ti palas de tierra;
quieren cubrir tu efigie,
tu cara, tu gesto -rígor mortis-
todos te huyen, nadie te nombra,
te queman, te incineran
-a dos mil grados-
pero tú, maligna Ave Fénix,
-roja, de sangre y fuego-
te alzas, erguida tu guadaña;
campos y ciudades sobrevuelas.
Después vendrán los buitres y las hienas...
tu negra sombra -de muerte-
la tierra cubre, la vida quiebra; ubicua y eterna.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

viernes, 18 de febrero de 2011

Paloma mensajera

Con un soplo de viento se ha posado,
en el alféizar de mi ventana,
una cuartilla blanca, impoluta,
desierta, sin una sola letra,
cual muda paloma mensajera.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

lunes, 14 de febrero de 2011

Hoy he vuelto a ser

Hoy he vuelto a ser el que no era,
-cuando no era-
antes que aquel óvulo fuera maduro,
antes que se pensara en mi existencia.
Noche entre las noches, sin luceros, sin estrellas
sin albas ni atardeceres, sin Marte, sin Tierra,
sin alegrías, sin tristezas.

Y hoy, otra vez hoy, vuelvo a ser...
no el que era.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

martes, 8 de febrero de 2011

Ronda a la luna.

Acompañabas mi vagar nocturno
saltando, graciosa, de charco en charco,
juguetona, recortada, pequeña y moruna,
jugabas al escondite entre las nubes blancas.

Mi corazón, enamorado, brincaba a tañidos de guitarra.

(Cap.III, "de ahora y de siempre")

viernes, 4 de febrero de 2011

Noche cerrada

Noche de luto, de ausencia de luna y estrellas
¿dónde estáis, astros del cielo?
¿dónde estáis, espejos del alma?
los arroyos lloran vuestra ausencia,
los campos están negros...
Los olivos, apagados,
sus hojas impacientan.
Los ruiseñores quedan mudos,
los mares a sus olas atormentan.

Noche de infiernos y limbos,
reinos de las tinieblas...
¿Has huido, Tierra,
a otras galaxias de mundos oscuros,
de agujeros negros,
de simas profundas en el universo?
La oscuridad a la Tierra aplana;
no hay montañas, no hay ríos, no hay mares...
mi alma, angustiada, también os extraña.


(CAp.III, "De ahora y de siempre")

martes, 1 de febrero de 2011

Ese yo tan tuyo

Ese yo tan tuyo,
a los demás escondido,
ése que ven… no tus ojos
sino los ojos del alma,
¿camina junto a ti, en paralelo,
o se cruzan sus miradas?

Ese yo tan tuyo,
tan a los demás desconocido,
es tu dual, es tu sombra,
es el espejo que tu alma desnuda.
Te miras, sonríes
y te burlas...

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

miércoles, 26 de enero de 2011

Viaje a mi pueblo

Hoy he vuelto a mi pueblo,
he paseado por sus calles
tranquilo y… emocionado;
he viajado en la distancia,
he andado los caminos de antes;
otras caras...

Tiendas con otros letreros
no consiguen borrar mis imágenes;
otros nombres, otras mujeres,
otros hombres...

mi pueblo...

he pasado por las casas
que me cobijaron de niño;
he visto el patio,
lugar de mis pequeñas batallas,
he visto las ventanas,

mis ventanas... que yo creyera grandes, muy grandes;
por ellas veía mi mundo,
de juegos, de ilusiones...
dentro, caricias y besos...

Hoy sus muros están mudos
de nuestras voces y risas
-mis hermanas, mis padres-

¿Dónde están mis compañeros
de colegio, de juegos y canciones,
dónde mis primeros amores
–dónde aquellos besos-?
¿Dónde los grandes olmos

de la alameda, frondosa, de entonces?
-he visto algunos tristes troncos,
como huesos desnudos-
... nada de la grandeza de otros tiempos.

Sigüenza...
la brisa de los pinos
se lleva mis recuerdos y nostalgias...

(Del cap.III, "De ahora y de siempre")

miércoles, 12 de enero de 2011

El reencuentro

Se despertaba el día con bruma, aún dormida,
sobre las lápidas del cementerio.
Tumbas vacías; todos los cuerpos y huesos al aire;
olor denso, insoportable.
Olor a los muertos y más muertos y, dentro
del feudo de las tinieblas, tú, la gran señora
y todopoderosa,
la muerte, reina de las calaveras y gusanos,
inquilinos de mortajas.

Nos habías citado, padre, iban a exhumar tus restos,
a romper tu descanso, a violar tu sueño,
en una mañana de tensa calma.
La tierra es negra y húmeda, exhalando
vahos de pudrideros.
Y saliste tú, alzado en vilo,
con tu cuerpo de nácar y... entero.

Tus hijos allí, presenciándolo,
con nuestros sentidos colapsados
de sensaciones,
con corazones al galope de sentimientos;
los ojos no nos lloraban...
las lágrimas nos caían por dentro;
después de los años te veíamos de nuevo...
La bruma flotaba como las almas que suben
al cielo;
bruma irreal, mañana de pesadilla, de frío,
las gotas del rocío nos llegaban
a los huesos.

Aquellas emociones nos calaban en nuestros
adentros.
¡Estábamos tan cerca, y tan lejos...!
No poder abrazar tu cuerpo...
no poder sentir tu cálida mirada,
no recibir tus amorosos besos...
Y te llevaron al crematorio...
luego nos entregaron tus cenizas
resumidas, una negra vasija...

Las llamas no borraron tu imagen,
nunca tu sonrisa, sólo... tu cuerpo.

(Del cap.III, "De ahora y de siempre")

sábado, 8 de enero de 2011

Pueblo abandonado

La soledad es silencio en sus calles y casas,

el viento mece una puerta destartalada.

Las risas de los niños ya no se oyen,

ni los ladridos de los perros,

ni el canto de los gallos, al despertar el alba.




Es como un cementerio; los nichos: las ventanas,

tumbas: las puertas, balcones - sin tiestos, sin flores-.

Un viejo arado -esqueleto al sol- surca la soledad

con su reja oxidada, al paso de su existencia vana.




En la torre de la iglesia un nido vacío;

las cigüeñas han huido de tanta soledad,

de tanto hastío;

la cruz del campanario

medio tumbada, vencida por el descuido.




Las paredes, encorvadas, soportan tejados

violados

por lluvias y hielos, por raíces de plantas

que se encaran, insolentes, al cielo.

Las calles -empedradas- con musgos alfombradas,

flores, y huellas borradas...




(De "Belleza cruel" cap. III, "De ahora y de siempre")

martes, 4 de enero de 2011

Berlín

Berlín, del muro y alambradas de espinos,
gorras plato y pasos de oca.

Berlín, de bellos monumentos -antes desiertos,
casi muertos-
ha caído tu muro, eres libre, eres uno.
Entra un nuevo aire, sin centinelas, ni metrallas…

Alexanderplatz, tu torre luce ahora
como antorcha de paz y alegres noches,
prometedoras.

Puerta de Brandemburgo
-antes tierra de nadie-
por tus arcos circulan otras brisas...
recuerda tu origen de paz,
olvida lo que tu diosa y cuádriga evoca.

Friedrichstrasse
con Checkpoint Charlie de museo,
sin controles, ni miedos.

Tus calles han encendido las luces,
-te conocí casi a oscuras-
atrás quedaron las tristes farolas,
las nieblas de futuro incierto… y vidas
en la desesperanza.

(De "Belleza cruel" cap. III, "De ahora y de siempre")

Berlin

Berlin, mit Schutzgittern und Mauer,
mit Dienstmützen und Ochsenschritt.

Berlin, mit schönen Denkmälern, -einst vereinsamt,
öde fast-, deine Mauer ist gefallen, du bist frei, bist eins.
Ein neuer Wind weht in dich hinein, ohne Wachposten, ohne Schrapnell...

Alexanderplatz, dein Turm glänzt jetzt
Wie eine Fackel des Friedens und froher, versprechender
Nächte.

Brandenburger Tor
-einst Niemandsland-,
durch deine Bögen verkehren andere Brisen...,
gedenke deines Ursprungs des Friedens,
vergiß, was deine Göttin und deine Quadriga beschwören.

Friedrichstraße,
mit Chekpoint Charlie als Museum,
ohne Kontrollen, ohne Ängste.

Deine Straßen haben die Lichter angemacht
-ich hab dich dunkel gekannt-,
vergessen sind nun die traurigen Laternen,
die Nebeln der ungewissen Zukunft... und das Leben
in der Hoffnungslosigkeit

(Traducido al alemán por Anna Rossell.)