miércoles, 2 de diciembre de 2009

Niña, mírame a la cara

Niña, mírame a la cara
que quiero ver tus ojos, ventanales de tu alma;
no bajes las persianas negras,
no bajes tus pestañas
que quiero enviarte mi mirada
y que te llegue a las entrañas.

Niña, no vuelvas tú la cara
que los zagales te ven
y se llevan consigo mi calma.
Eres más hermosa que el mes de Mayo,
eres el más bello jardín
donde busco yo posada
para dejar, por siempre,
aparcada ya mi alma.

(De "Belleza cruel", cap.I, "Mujer deja que te hable de amor")

sábado, 28 de noviembre de 2009

Estatua

¡Pobre estatua de mármol frío y duro!
sin corazón, sin alma; tú eres, sólo, bella...

Cuando la luna te mira eres de nieve blanda,
nacarada.
Tus ojos tristes, sin destellos,
sin lágrimas.

Tus cabellos quietos, al soplar el viento.

Vigía de noches de amor, de lunas
llenas y lunas moras,
codiciosa de caricias y besos
permaneces erguida, orgullosa,
siempre mirando sin mirar.

Tus pies, frágiles y desnudos
en los fríos de las noches y los días,
te sostienen incansables sin tener donde ir;
siempre quieta, sólo se mueve tu sombra.

Treinta años mía...
no me conoces, no me saludas... yo,
enamorado de ti,
sin verte, te veo desde mi alcoba;
tú ahí sigues mojada,
sólo, por el rocío y la lluvia.

(De "Belleza cruel", cap.I, "Mujer deja que te hable de amor")

jueves, 26 de noviembre de 2009

Te buscaba

Te buscaba en otras ciudades
como si fueran la nuestra.
Te encontraba en otras caras
que dibujaban mis ojos...
Por la noche y en la mañana
pronunciaba tu nombre sin obtener respuesta;
seguía sólo, sólo.

(De "Belleza cruel", cap.I, "Mujer deja que te hable de amor")

Amarte

Amarte es sentir correr tu sangre por mis venas.
Es ver el mundo maravilloso
por tus bellos ojos.
Es beber, insaciable,
del manantial de tus labios.
Es sentir el cielo en lo recóndito de tu piel.
Es que tu dolor a mi me duela.
Es ser tu corazón el mío.

Amarte es reinventar para ti, mi amor,
un te quiero, a cada instante.

(De "Belleza cruel", cap.I, "Mujer deja que te hable de amor")

martes, 20 de octubre de 2009

Gráciles y dicharacheras

Las manos de los sordos –gráciles y dicharacheras-
baten el aire cual raudas palomas mensajeras.

(De cap. III, "De ahora y de siempre")

Ubicua y eterna


Sin túmulos, réquiems ni plañideras,
sin pomposas carrozas, sin caballos,
-ni negros ni blancos-
con o sin sudarios,
echan sobre ti palas de tierra;
quieren cubrir tu efigie,
tu cara, tu gesto -rígor mortis-
todos te huyen, nadie te nombra,
te queman, te incineran
-a dos mil grados-
pero tú, maligna Ave Fénix,
-roja, de sangre y fuego-
te alzas, erguida tu guadaña;
campos y ciudades sobrevuelas.
Después vendrán los buitres y las hienas...
tu negra sombra -de muerte-
la tierra cubre, la vida quiebra; ubicua y eterna.

(De cap. III, "De ahora y de siempre")

Amar

Tú y yo, solos, cualquier habitación,
no importa el sitio; en cualquier lugar...
Mediasnoches para comer,
noches enteras, y sus días, para amar.

De cap. I, "Mujer, deja que te hable de amor"), y los siguientes...

Si tú no estás...

Se diluye el sabor de tus besos,
la esencia de tu cálido cuerpo,
con la sal de las mareas,
con el hielo del invierno.

Mis manos vagan errantes y desesperadas,
buscando tus sendas,
las sedas de tu cuerpo,
porque si no estás, mi vida, sin ti, yo soy nada.

El tiempo va marcando la distancia, aleja el tren
de los sueños;
tu imagen queda atrás, difuminada
entre la niebla del mañana incierto.

Mi alma, vacía sin ti, es más fría que el hielo
de la madrugada,
nuestro lecho, estepa árida y desierta,
sin el cálido oasis de tu cuerpo.

¿Dónde hallar el fulgor de tus ojos,
dónde la noche, sin estrellas, de tu cabello,
dónde tu risa, dónde tus besos?