jueves, 31 de marzo de 2011

El porvenir

El porvenir… lo tengo
ya tan cercano
que lo vislumbro tras cualquier esquina,
lo puedo, casi, tocar con las manos.
El tiempo se va agotando;
mi cuerpo es como un viejo y derruido tejado:
goteras por todos lados.
Hablo del porvenir raras veces deseado:
la Parca nos lleva a su lado.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

miércoles, 23 de marzo de 2011

Año 1958

No escapábamos del rosario, de los curas del colegio.
Paseábamos la alameda con las manos en los bolsillos, rotos,
llenos de frío.

Mirábamos al negro cielo, hacíamos guiños a las estrellas,
cantábamos “en el año dos mil y pico... el hombre podrá volar”
-año 2000...qué lejano, muy lejano, nos parecía remoto, inalcanzable,
más que cualquier galaxia, -¿llegaríamos?-.

Filosofábamos,hablábamos de los aviones "a propulsión a chorro".
Fumábamos, a trozos, los “Ideales” amarillos
con pestazo de colillas apagadas,
guardadas, escondidas, en los bolsillos del abrigo.

Hablábamos de Maribel y de Charito, mirábamos al cielo,¡qué frío!,
las manos en los bolsillos, calor en las ingles.
La luna, galleta de plata, nos miraba, se reía congelada.

Recitábamos a Jorge Manrique, San Juan de la Cruz.
Cantábamos rancheras, silbábamos el “Puente sobre el río Kwai”
y, a veces, hablábamos de religión y matemáticas.
Y pasaba la tarde invernal del Domingo, calada tras calada
de los cigarrillos “Ideales” amarillos.

(Cap.II, "Recuerdos con el sepia de los años")

domingo, 13 de marzo de 2011

Batallas en la mar

Mis juegos de niñez,
entre escombros de casas hundidas,
-rescoldo de la guerra-
eran de batallas en la mar embravecida;
olas gigantescas
eran montañas de vigas y tierra.

Subido en el puente del barco,
-restos de algún muro caído en mi patio-
como altivo capitán, daba órdenes
a estáticos montones de ladrillos y piedras,
siempre sordos y mudos a mis gritos,
así, en mis batallas, no había muertos ni heridos.

Los palos eran las espadas,
las tuberías, troceadas, los cañones,
las ratas... los espías.
Eran los juegos de aquellos años de posguerra,
sin juguetes,
con la inocencia en los ojos de los niños,
en sus reflejos los daños de la guerra.


(De cap.III, "Recuerdos con el sepia de los años")

martes, 8 de marzo de 2011

Tiempos de miseria

Los pequeños sin alimentos
ni juguetes.
Los mayores –mala sangre y juramentos-
duros trabajos, pan duro y... escaso;
días largos –amaneceres y trasnochadas-
sudores y piojos,
alpargatas con agujeros.

Después vino la guerra:
Niños con hambre, lágrimas y mocos.
Muertos, muchos muertos...
Mujeres, sayas y pañoletas negras,
y corazones rotos...


(De cap.II, "Recuerdos con el sepia de los años")

jueves, 3 de marzo de 2011

Abyectos, abominables

Inocencia y belleza esculpida en sonrisa,
más bella
que la más hermosa de las flores,
más que cualquier idílico paisaje,
más que puesta de sol irrepetible,
que lago profundo de cristalinas aguas,
que destello de estrellas, que auroras boreales,
que ángeles del cielo.

Apenas han nacido,
niños y niñas arrancados
de sus familias,
apenas han crecido, son raptados
violados, marchitados, muertos...

Manos crueles, mentes enfermas,
abyectas, abominables,
profanadores de cuerpos y almas
en toda su inocencia.

Pederastas lascivos, manos sucias,
ojos nublados de vicio, labios repugnantes,
babosos de infamia;
sacrílegos de cuerpos y almas.

(De cap.III, "De ahora y de siempre")