martes, 22 de febrero de 2011

Ubicua y eterna

Sin túmulos, réquiems ni plañideras,
sin pomposas carrozas, sin caballos,
-ni negros ni blancos-
con o sin sudarios,
echan sobre ti palas de tierra;
quieren cubrir tu efigie,
tu cara, tu gesto -rígor mortis-
todos te huyen, nadie te nombra,
te queman, te incineran
-a dos mil grados-
pero tú, maligna Ave Fénix,
-roja, de sangre y fuego-
te alzas, erguida tu guadaña;
campos y ciudades sobrevuelas.
Después vendrán los buitres y las hienas...
tu negra sombra -de muerte-
la tierra cubre, la vida quiebra; ubicua y eterna.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

5 comentarios:

  1. Eterna e invencible,
    temprano o tarde nos llega
    nos cobija con su manto
    negro de dama negra.

    Buen trabajo.

    Besos

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  2. Muy bueno Jorge...!
    Tratamos de enterrar la muerte,pero,sigue haciendo de las suyas.Lo peor es que, siempre elige a justos e inocentes,que pagan culpas de pecadores.
    Mi felicitación por el buen ritmo y mejor mensaje.
    Mi abrazo grande,amigo.
    M.Jesús

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  3. Jorge, ella siempre acecha, en el momento presiso, se hace presente. Besos, cuidate mucho.

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  4. Ella (la Parca) nunca se quema (cuánta razón): "ubicua y eterna", también es verdad que sin ella la vida sería un sinsentido. Profundo y buen poema, mi querido paisano.

    Besazo.

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  5. Qué buen poema, Jorge.
    No, nunca nos libramos de ella.
    Nos acecha y juega a posarse en los otros, hasta que decide tomarnos.
    Un abrazo enorme.

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