viernes, 10 de diciembre de 2010

Lluvia

Los pájaros, en las moreras,
alborotan con sus cantos.
Es otoño, está nublado, no hay frutos,
se me antoja un concierto extraño.

Otoño...los árboles se están desnudando,
pudorosos, con luces grises
de cielo plomizo y sol cansado.
Las tierras están sedientas, abiertas,
cual amante lujuriosa, hambrienta.

Las hojas secas –brasas apagadas
del verano- acogen mis pasos,
su crujido es la mustia letra de una canción
de letargo, de muerte, de espera.

Gimen, melancólicas, las nubes,
los pájaros callan, se cobijan en sus nidos,
las arizónicas me regalan su aroma,
el campo exhala, complacido,
su perfume a tierra mojada.
Mi andar, con la lluvia, se hace más lento;
quiero sentir el agua en mi cara,
en mi piel seca, -como la tierra, arrugada-
por sus surcos las gotas resbalan,
inundan mi corazón de sosiego;
agradecido, mis ojos levanto
al generoso cielo.

(Cap.III, "De ahora y de siempre")

5 comentarios:

  1. Melancólico escrito que inunda de calma mi mente al leerlo.

    Un abrazo mañanero

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  2. Consigues de forma increíble hacer palabras de las imágenes.
    ¡ Bravo por ti!
    Un abrazo, Jorge.
    Buen fin de semana.

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  3. Yo diría justo lo contrario que Laura consigues con las palabras recrear imágenes, hasta el punto que he paseado esa lluvia otoñal impregnándome.

    Besos, muchos, muchos.

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  4. Me quedo un rato, pues es bonito el poema, y sobre todo añorante... de esa primavera, que siempre promete amor y pasión..

    Un saludo
    Altaír

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  5. Llego a felicitarte Jorge, que tengas una buena entrada de año
    Un abrazo
    Stella

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