sábado, 23 de octubre de 2010

Frente quebrada

Ojos negros, hundidos, mirada en extravío.
Labios en rictus de ascos y maldiciones,
espalda curvada por años en roto delirio;
sonámbulo despierto de días y noches.

Camina con paso inseguro, agotado,
hastiado de todo y de todos.
Sus brazos caídos, desmayada alma
en cuerpo de gigante, de complexión enorme.

Muchas veces tumbado o recostado
sobre cualquier muro; en la mano, siempre,
una botella,
su única compañera, ignorando al mundo
del que es apartado, en el que es confinado.

Mira al cielo: aún surca los caminos,
entre nubes, que cruzó con su avión de guerra;
en su cabeza rugen los motores,
las metrallas, las explosiones...

Poco más dejó saber de su historia.
No quiso huir; vivió su destierro
bajo los cielos en que hizo la guerra,
la guerra que perdió; vencido por dentro,
vencido por fuera.


(Del cap. II, "Recuerdos con el sepia de los años")

8 comentarios:

  1. Amigo Jorge, no sabía que habías vuelto y me estaba perdiendo tus letras, como estas de viejo guerrero que me han emocionado. Vengo a rescatarte y a ponerte de nuevo en mi lista de blogs, como te digo, creí que tu despedida fue para siempre.
    Me alegra verte.

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  2. Triste vida!
    Hermosos versos!
    un abrazo

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  3. Jorge,me alegro de tu vuelta...Vienes a rescatar ese cuerpo y alma del exilio,donde aún suenan los latidos de la guerra...!
    Es muy triste ver pasar estas vidas muertas y errantes,sin destino.No obstante,pienso que, en su espíritu abrá voces que susurren fe y esperanza...Aún habrá alguna oportunidad, para renovar su batalla interior perdida..
    Mi gratitud por compartir y mi abrazo inmenso.
    M.Jesús

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  4. Gracias, Mercedes, pues, como ves, otra vez por aquí; era por cierto tiempo mi retirada, el suficiente que me permitiera escribir algun poema.
    También me alegra tu presencia en mi blog.
    Un beso.

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  5. María Jesús, no se si en este caso esas voces que dices existieron o las pudo oir el actor del poema que realmente existió y conocí.
    Ojalá fuera así.
    Un beso y gracias

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  6. Bienvenido, Jorge, amigo, no sé nada de tu vida. Supongo que además de seguir escribiendo nuevos poemas, te habrás tomado un merecido descanso (el descanso del guerrero). Espero verte por esta tierra. Un abrazo.

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  7. Acabo de ver tu comentario; bueno ya has sabido de mí.
    Sí salgo menos en la red.
    Un abrazo.

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