Ojos negros, hundidos, mirada en extravío.
Labios en rictus de ascos y maldiciones,
espalda curvada por años en roto delirio;
sonámbulo despierto de días y noches.
Camina con paso inseguro, agotado,
hastiado de todo y de todos.
Sus brazos caídos, desmayada alma
en cuerpo de gigante, de complexión enorme.
Muchas veces tumbado o recostado
sobre cualquier muro; en la mano, siempre,
una botella,
su única compañera, ignorando al mundo
del que es apartado, en el que es confinado.
Mira al cielo: aún surca los caminos,
entre nubes, que cruzó con su avión de guerra;
en su cabeza rugen los motores,
las metrallas, las explosiones...
Poco más dejó saber de su historia.
No quiso huir; vivió su destierro
bajo los cielos en que hizo la guerra,
la guerra que perdió; vencido por dentro,
vencido por fuera.
(Del cap. II, "Recuerdos con el sepia de los años")
sábado, 23 de octubre de 2010
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Amigo Jorge, no sabía que habías vuelto y me estaba perdiendo tus letras, como estas de viejo guerrero que me han emocionado. Vengo a rescatarte y a ponerte de nuevo en mi lista de blogs, como te digo, creí que tu despedida fue para siempre.
ResponderEliminarMe alegra verte.
Triste vida!
ResponderEliminarHermosos versos!
un abrazo
Jorge,me alegro de tu vuelta...Vienes a rescatar ese cuerpo y alma del exilio,donde aún suenan los latidos de la guerra...!
ResponderEliminarEs muy triste ver pasar estas vidas muertas y errantes,sin destino.No obstante,pienso que, en su espíritu abrá voces que susurren fe y esperanza...Aún habrá alguna oportunidad, para renovar su batalla interior perdida..
Mi gratitud por compartir y mi abrazo inmenso.
M.Jesús
Gracias, Mercedes, pues, como ves, otra vez por aquí; era por cierto tiempo mi retirada, el suficiente que me permitiera escribir algun poema.
ResponderEliminarTambién me alegra tu presencia en mi blog.
Un beso.
Gracias, Merry.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.
María Jesús, no se si en este caso esas voces que dices existieron o las pudo oir el actor del poema que realmente existió y conocí.
ResponderEliminarOjalá fuera así.
Un beso y gracias
Bienvenido, Jorge, amigo, no sé nada de tu vida. Supongo que además de seguir escribiendo nuevos poemas, te habrás tomado un merecido descanso (el descanso del guerrero). Espero verte por esta tierra. Un abrazo.
ResponderEliminarAcabo de ver tu comentario; bueno ya has sabido de mí.
ResponderEliminarSí salgo menos en la red.
Un abrazo.