Tiene el cuerpo de adolescente marchita, arrugas
incipientes en su cara, sus ojos grandes,
como dos faroles, pero apagados...
Su caminar por la calle es ligero
aunque nadie en casa la espera.
En el trabajo es alegre pero discreta;
su misterio es la vida que hace fuera.
Conoció el amor con pasión y fuerza;
muchos días y noches,
así varios años...
Un mal día -quizá mal día no fuera-
vio al hombre que quería;
otra mujer llevaba de su brazo,
ambos... un niño y una niña en cada mano...
El corazón se le quedó helado;
no se creía lo que veía.
De inmediato entendió
por qué, a veces, a su amor no tenía.
Se había escondido detrás de un árbol
mientras ellos pasaban de largo
riendo, hablando...
quedó temblando pegada al gran olmo.
Eso ocurrió ya hace años.
Salió huyendo;
en otra ciudad está viviendo
su cruel desengaño.
(De "Belleza cruel" cap.I, "Mujer, deja que te hable de amor")
viernes, 1 de octubre de 2010
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Qué vívido este poema, lo leo y lo veo. Hermoso.
ResponderEliminarSaludos cordiales. Un fuerte abrazo poeta.
Hasta pronto.
Como Gilda, de Rigoletto....
ResponderEliminarAsí suele ocurrir con los desengaños: te hielan el corazón y te marchitan.
ResponderEliminarUn besazo, Jorge.
La espera ha merecido la pena. Te he leído con el aire contenido. El misterio es siempre la vida que haces fuera. La otra, la que sea, la que es de conocimiento de otro o de otros o de todos, no es misterio, es esa otra vida que haces cuando no haces la otra. Y he imaginado esta poesía, que contiene toda una historia, letra por letra, imaginando la felicidad de esa pasión y esa fuerza, y he llegado al final, sin poder imaginar un final tan redondo, tan certero, tan imprevisible que me ha parecido ver en ella, el desengaño tan cruel.
ResponderEliminarBienvenido a tu casa, esta deseando leerte.
Un beso a los dos.
Gracias, Aída.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias, Alemamá; bueno, con "algo" menos de trama, ¿verdad?
ResponderEliminarBesos.
Besazos, bella Paloma.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen. Eres estupenda.
ResponderEliminarBesos.
Bueno después de un monton de silencios, al fin me vuelvo a encontrar contigo y con este poema desengañado. Ha merecido la pena la espera. Me alegro de volver a tenerte por aquí.
ResponderEliminarLo mismo digo, Luis, encantado de tu amable vuelta.
ResponderEliminarEspero nos sigamos saludándonos y leyéndonos por mucho tiempo.
Un fuerte abrazo.
Te hechábamos de menos, pero llegas con fuerza.
ResponderEliminarMe alegra leerte de nuevo.
Un poetabrazo
Bienvenido de nuevo Jorge...Llegas con un poema tremendo y ciertamente doloroso.Pero,asi es la vida a veces.Cada día empieza la vida,la luz nos espera siempre,a pesar de todo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo inmenso.
M.Jesús
Que tristeza tener que pasar
ResponderEliminarese trago, comprendo que no
quisiese ni respirar su mismo
aire depués del terrible
desengaño.
Un estupendo relato que a pesar
de lo cruel sucede más a menudo
de lo que creemos.
Estoy encantada de volver a leerte.
Biquiños para tí e a túa muller.
Muchas gracias, Anbairo, pues aquí estoy, espero podamos seguirnos durante mucho tiempo.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.
Majecarmu, muchas gracias por ese saludo tan cariñoso, al que recibo de la misma forma, con agradecimiento y con un abrazo de las mismas características. Gracias.
ResponderEliminarHola, Marisiña! No encantó conocerte personalmente; además vecinos de habitación! aunque no facilitara este hecho el estar más tiempo en vuestra compañía.
ResponderEliminarHicimos el viaje a tu bendita tierra, cumplimos con el Apóstol y disfrutamos de un tiempo maravilloso. Todo estupendo.
Biquiños, també de la mía muller. Jajaja! no sé si es así como se debe decir la frase, pero que conste, que ella también te los envía.
Un gusto volver a tus letras y deleitarse con ellas.
ResponderEliminarSaludos, siempre esencia.
¡Qué bien sentir de nuevo tu esencia!
ResponderEliminarGracias.
Dura realidad un desengaño marca la vida, marchita la ilusión y se congela la vida.
ResponderEliminarUn hermoso poema.
Un cordial saludo
Muchas gracias, Sneyder.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es triste un desengaño, uno aprende y crece con eso, si se deja estar se marchita como la flor hasta quedar sin vida.
ResponderEliminares un placer enorme volver a leerte.
besitos para ti querido amigo, que Dios te bendiga y pases un lindo fin de semana.
Muchas gracias, Noemi. Me encanta tenerte por aquí de nuevo.
ResponderEliminarBesos.