Es una mañana de Agosto, fresca
despejada, de luz radiante, el sol promete hoy
ser abrasador.
Estoy a la sombra aromática de un laurel
ensimismado en mi leer, pero un petirrojo,
ya hace rato,
que va en mi derredor revoloteando,
ganándome espacio y atención, salto a salto.
Camina, salta, vuela y gorjea con decisión
y desparpajo, exhibiendo su manto canela
y pecho bermellón-rosado,
con simpatía, pero muy estirado.
Ya junto a mí, me mira con sus grandes
y espabilados ojos,
gorjea diciéndome algo; ante mi silencio
vuelve a gorjear exigiendo diálogo.
El libro hace tiempo que he abandonado,
no menciono al autor para que así no se ofenda;
mi atención el petirrojo ha acaparado.
(Del cap.III, "De ahora y de siempre")
lunes, 25 de abril de 2011
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muchisimas gracias magno poeta por concedernos el honor de ser testigos de tus bellisimas y sublimes letras , un besin muy muy grande.
ResponderEliminarPoema maravilloso! El ave favorito de mi esposa.
ResponderEliminarmi atención este hermoso poema a acaparado!!!, felicitaciones por tan bellas letras llenas de sencillez cotidiana...mis cariños desde Chile.
ResponderEliminarHay muchas cosas que retienen nuestra atención. A mí me ha pasado con una mosca las moscas son sumamente molestas. El Petirrojo no, ha de ser bello observarlo y entretenernos con su vuelo.
ResponderEliminarPrecioso poema.
Un fuerte abrazo.
Hasta pronto.
Tengo la idea oculta que cuando las aves silvestres se nos acercan es porque no nos temen debido a que estamos cercándonos a nuestro mejor momento de pureza. Un abrazo
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