Sigüenza, sigues postrada, dormida en los siglos,
a la sombra del castillo.
Al cobijo -asfixia- de las sotanas,
al recuerdo de glorias pasadas,
deslumbrada por el fulgor
de las doradas piedras de tus muros,
sorda por el fragor de lejanas batallas.
Ahíta por el eco de la voz de tus púlpitos,
embelesada por el aroma de los pinos,
embriagada por tu dulce miel,
acompañas en la pose
-tranquila, sosegada-
a tu hijo ilustre, El Doncel.
(Cap.III,"De ahora y de siempre")
martes, 12 de abril de 2011
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Allá nos encontraremos
ResponderEliminarsi Dios quiere en la Sigüenza
que domina el valle,
en la que la historia
se respira en las piedras.
Le has hecho un bello poema.
Besos
Dormida en los siglos y tan viva en tu recuerdo, la llenaremos de poesía ¡sí!
ResponderEliminarUn besazo don Jorge y otro para Carmen.
Hay ciudades con duende y Sigüenza tiene toda la pinta de ser una de ellas ( no tengo el placer aún de conocerla). Nos veremos allí y podré sentir tu poema aún con más fuerza.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
bellisimas y sublimes letras nos regalas magno Poeta, esta asturiana te da infinitas gracias por concedernos el honor de ser testigos de ellas, un besin muy muy grande.
ResponderEliminarCon tan bello poema has despertado mi curiosidad por conocer ésa ciudad. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarRecordaba Sigüenza como un hermoso lugar; tus versos la han inmortalizado y cubierto de oro...
ResponderEliminarUn besito, Jorge.
Reencontrarme con Sigüenza en vuestra compañía va ser todo un placer. Bellas letras para la ciudad que te voy crecer. Nos vemos allí. Un abrazo
ResponderEliminarDormida en los siglos; qué realidad mas evidente, bonito jorge, qué canto a la añoranza, Sigüenza.
ResponderEliminarA tu hijo ilustre El Doncel.
Un abrazo
Ángel.
http://elblogdeunpoeta.blogspot.com
Evoca lo que la arquitectura Jorge.
ResponderEliminarUn placer.